lunes, 8 de junio de 2009

Las puertas del paraíso





Un joven samurai se presentó ante el venerable Maestro Hakui, y le preguntó:

-¿Existen realmente el infierno y el paraíso?

-¿Y tú...quién eres? -dijo el Maestro.

-Soy el samurai Hiro

-Ah, un samurai...! ¿realmente me pregunto que señor va aceptarte a su servicio con ese aspecto, pareces un mendigo.

-¿Yo un mendigo? -bramó encolerizado el samurai -Ahora verás!

Con ágil gesto desenvainó velozmente su sable y lo blandió con manifiesta ferocidad, lo cual pareció asombrar todavía más al Maestro Hakui.

-De modo que incluso tienes un sable...! Bien en cualquier caso tengo la impresión de que eres tan torpe que no sabrías cortarme la cabeza.

Fuera de sí el samurai se adelantó hacia el maestro, dispuesto a descargar el golpe que lo habría decapitado. En ese momento, Hakui dijo suavemente:

-Aquí se abren las puertas del infierno.

El samurai quedó inmóvil, con el sable en alto. Así estuvo un largo rato, impresionado por la serenidad del monje. Finalmente envainó el sable y se inclinó respetuosamente. Hakui sonrió entonces, y dijo más suavemente que antes:

-Y aquí se abren las puertas del paraíso.