jueves, 25 de junio de 2009

EL RESTO ES HUMO



Puede que esto de vivir consista en disfrazarse de veleta y de girar según que viento,
y de celebrar el triunfo de las estrategias sobre la caducidad del sentimiento,
de coronar las cumbres más resplandemcientes donde el águila es experta en alpinismo,
de especular con el honor como la causa justa más preciada del mejor cinismo.

Calma corazón, calma corazón, sabes bien que la única razón que aún asumo,
es la improcedente sinrazón de amar y amar y amar y sólo amar, el resto es humo.

Que defiendan la casualidad como principio frente a la causalidad de los azares,
que se llenen la barriga con el fruto que comieron insaciablemente en otros huertos,
que levanten podios a sí mismos sobre el mármol que sepulta su curriculum de muertos.
Míralos matarse con las armas más sutiles con el fin de hacerse una medalla,
que persistan en su empeño que sólo con fortuna y con poder darán la talla,
que fabriquen aspas de molino que defienden al gigante contra el aire del ensueño,
que produzcan monstruos pertrechados de razones que jamás admitan que la vida es sueño.

Calma corazón, calma corazón sabes bien que la única razón que aún asumo,
es la improcedente sinrazón de amar y amar y sólo amar, el resto es humo.

Luis Eduardo Aute (esp.)






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